martes, 12 de mayo de 2009

Takaragawa (30/03/2009)




Desde Nikko fuimos en tren a Minakami, la estación de JR más cercana al Onsen y allí fueron a buscarnos en un minibus a todos los que llegábamos para ir al Onsen de Takaragawa. Como faltaba un rato para la hora que nos habían dicho que pasaban (creo recordar que llegamos a eso de las 12 a Minakami y no pasaban hasta las 2 o así, pero no estoy seguro), nos dio tiempo a comer antes de subir a la estación. Lo comento porque el sitio de comida fue bastante curioso.
Era el típico bar japones y solo había una pareja de señor/a de mediana edad que no hablaban ingles, pedimos unos sandwichs, porque se los vimos en la mesa a unas señoras que estaban allí reunidas en plan "marujeo de sobre mesa" y la buena señora tardó casi media hora en prepararlos, eso si, ¡¡¡QUE SANDWICHES!!! tenían de todo y daba gusto verlos y comerlos XP. Eran como los del VIPS, o sea de varios pisos y cortados en forma de triángulos.

Una vez localizado el autobús, nos llevó al onsen atravesando la montaña (puerto parriba, puerto pabajo) y el conductor iba contando cosas mientras avanzábamos, que suponemos sería sobre el paisaje y tal, pero como era en japones, pues nada entendimos oiga XP.

Ya en el onsen (después de media hora de trayecto), nos llevaron a todos los que llegamos a una gran sala de recepción donde venía la gente del hotel a distribuirnos y nos asignaron a un señor muy amable que hablaba un ingles perfecto, y nos explicó las normas del onsen y donde estaban los baños (en la habitación no había, solo teníamos retrete, y esta es la segunda y última vez que compartíamos todos la misma habitación) y las aguas termales en el exterior, por si queríamos salir fuera a bañarnos. Menos yo, todos fueron a probar el agua caliente con la nieve alrededor, pero como ya he mencionado "no soy un garbanzo que necesite remojo" XP
Era, eso si, una autentica gozada de vistas y muy curioso el que estuviera el agua caliente en el rió (a unos 45 grados, se supone) mientras todo el paisaje estaba nevado. Yo solo probé el baño público (como ya hiciera en Kioto) y este fue todavía más agradable. Debo reconocer que una de las cosas que más me han molado del viaje, en cuanto a costumbres se refiere, han sido el tema de ponerse kimono/yukata y los baños públicos de los ryokan (el del hotel Edoya en tokio no me ha gustado, pero eso lo cuento más adelante cuando lleguemos).

Por la noche cenábamos en el propio hotel. Una cena curiosa por dos razones: la primera porque no supe encontrar la sala donde era (había ido al baño antes de cenar y después fui directamente a la cena) y conseguí entenderme mediante señas con un señor mayor en un despliegue del más auténtico ridículo por mi parte hasta que me llevó al salón para cenar ¬____¬. ; la segunda porque la cena fue copiosa en si y todo preparado y servido en la misma mesa, muy tradicional, con carne, pescado, verduras, etc, etc.
Dentro del menú de la cena, había carne de oso, que supuestamente pertenecía a los osos que tenían guardados en las jaulas en el exterior. Pintoresco como mínimo ¿a que si? ^___~

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